El sábado 14 de junio, 60 mujeres tuvimos un desayuno muy especial.
Estuvimos reflexionando sobre nuestra mirada hacia el otro, que puede ser nuestra pareja, familia, vecino o comunidad.
Qué lentes usamos para verlo, cuáles son nuestros prejuicios, límites y también los del otro.
A través de diferentes dinámicas pusimos en práctica cómo era ponernos en el lugar del otro y qué nos generaba. Y ver que cuando volvimos a nuestros lugares, algo había cambiado.
Comprendimos la importancia de tener un relato que enmarque nuestra vida y comprensión del mundo.
Bryan Mayer define el relato como “Narración trascendente que da respuesta a las preguntas de sentido, de dirección moral y propósito social”.
Muchas veces la realidad del mundo nos agobia y nos paraliza, pero Dios en Su Palabra nos dice:
"Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva" . (Eclesiastés 3:12)
y también nos exhorta a que:
"No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)
Nos sentimos profundamente desafiadas a dejarnos ser transformadas por Dios para poder servir a los demás como Él quiere.